jueves, 16 de marzo de 2017

ALTAR MEMORIAL DEL PADRE NEGRO EN CALDERA

  • NOMBRE: Altar del Padre Negro / Gruta del Padre Negro.

  • COORDENADAS: 27° 4'13.73"S 70°49'47.47"W

  • CIUDAD/UBICACIÓN: Caldera, Provincia de Copiapó, Región de Atacama, Chile.

  • DIRECCIÓN: Interior de la Gruta del Padre Negro, en avenida Canal Beagle con Agustín Edwards Ossandon y con Salvador, aproximadamente, a un lado de los caminos hacia el faro y la Bahía de Calderilla.

  • CATEGORÍA: Altar popular.

  • FAVORES SOLICITADOS: No especificados, pero parecen ser preferentemente de salud y protección familiar.

  • RESEÑA: Se encuentra dentro de la gruta de piedra y hormigón construyó en Caldera el sacerdote colombiano de la Orden de San Francisco, Fray Crisógono Sierra y Velásquez (1877-1945), conocido como el Padre de Negro de Atacama, quien desde su llegada a la provincia se constituyó como todo un personaje con rasgos de santo popular. Este altarcillo, con un busto del recordado religioso y con sus paredes llenas de ofrendas y placas de agradecimiento, fue colocado allí en tiempos posteriores a su muerte, confirmando que la devoción por el Padre Negro aún no se extingue en aquella región del país. El aspecto que actualmente ofrece resulta de una restauración general que se hizo en la gruta en 1995.

Además de las placas de agradecimiento y devoción popular que se ve en el altar de Nuestra Señora de Lourdes en la Gruta del Padre Negro de Caldera, está un altar posterior dedicado al mismo constructor de este curioso edificio capilla: fray Cristógono Sierra y Velásquez (1877-1945), el franciscano nacido en Colombia y quien desarrolló una importante labor pastoral en Atacama, al punto de ser considerado hombre santo en la región.

Se trata de un altar con busto del famoso y milagroso sacerdote, muy parecido al que puede verse al interior de la Iglesia de San Francisco en Copiapó y junto al acceso del Cementerio de Caldera. A diferencia de estos casos, sin embargo, el rasgo de culto popular parecido al de las animitas es mucho más evidente en el caso de la gruta calderina. Al parecer, fue armado en forma muy sencilla allí después de algunas restauraciones generales hechas al edificio a mediados de los años noventa.

Vista hacia el fondo. Atrás a la derecha, junto al arco de acceso, se distingue el altar dedicado al Padre Negro y convertido casi en animita popular.

Pinturas en muros y techos de la gruta.

Vista del busto del Padre Negro. El acabado de este espacio es sumamente sencillo.

Detallando, el muro interior de la gruta y gran parte del techo están colmados de curiosas pinturas realizadas por artista autodidacta Luis Enrique Cerda. Casi como en las catacumbas romanas del paleocristianismo, estas imágenes representan escenas de Cristo con los Apóstoles y la Pasión y la Resurrección. Fueron pintadas en 1978, debiendo ser restauradas por el mismo autor en 1995. El simplísimo altar del Padre Negro se encuentra justo entre ellas, al fondo y en un cubículo al costado.

Fue inevitable que, tras la muerte del querido sacerdote, la capilla acabara siendo identificada más como suya que de la Virgen de Lourdes para quien está dirigida. Por esta razón fue que llegó hasta allí el busto de fray Crisógono con aquel rincón propio, con un proyecto de los años noventa según parece.

El altar de marras, a pesar de lo precario y secundario comparado con el principal de Lourdes, está lleno de placas de agradecimientos, velas y ofrendas florales. Se ha convertido así en algo muy parecido a una animita, incluso con mensajes de agradecimientos rayados en los muros y las infaltables placas correspondientes.

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