- NOMBRE: "La Patita" (del Cementerio 3).
- COORDENADAS: 20°13'8.51"S 70° 7'59.41"W
- CIUDAD/UBICACIÓN: Ciudad de Iquique, Región de Tarapacá - Chile.
- DIRECCIÓN: Patio de reducciones del Cementerio N° 3 de Iquique, situado al costado oriente de la ciudad y por el lado Sur del recinto y contra la pared Norte, atrás de las instalaciones del Instituto Médico Legal de la ciudad.
- CATEGORÍA: Tumba milagrosa / Objeto de culto.
- FAVORES SOLICITADOS: No especificados.
- RESEÑA: Han existido varias animitas de "patitas" en la historia del Norte Grande, partiendo por una famosa del desaparecido Cementerio N°2 de Iquique, ubicado donde ahora está la Villa Progreso. Actualmente, hay una en el Cementerio N° 3 que sigue esta misma tradición de adorar pies de difuntos. Todo comenzó cuando apareció un pequeño pie momificado en el lugar donde supuestamente estaba la tumba de un infante, en el terreno que sirve de "huesera" del cementerio. Fue colocada una modesta cripta de albañilería allí y hasta ahora llegan creyentes a venerar, pedir favores y rogar por el eterno descanso del niño o niña al que había pertenecido ese diminuto pie huesudo, adornado con flores de plástico y pequeños juguetes.
Han existido varias tumbas y animitas apodadas la Patita en Tarapacá, estudiadas por investigadores como Cora Moragas y Bernardo Guerrero. La primera y más famosa estuvo en el desaparecido Cementerio N° 2 de Iquique. En general, la leyenda las señala como pies o piernas de muertos que resisten a quedarse dentro de sus cajones o entierros, por lo que salen constantemente al exterior y la gente les reconoce capacidades de responder a las peticiones de favores. La última de estas Patitas es la que está en el Cementerio N° 3 de Iquique, específicamente contra uno de los murallones del insalubre y hasta macabro patio de reducciones de restos.
Sucedió
que, hacia los años ochenta, en ese señalado terreno del tercer
camposanto iquiqueño que ahora sirve de huesera, apareció un pie
momificado en el lugar donde supuestamente estaba la tumba o los restos de un
infante, cubierto por una modesta cripta de albañilería. Como se sabe, este patio fue
también el lugar de reducción de muchos de los cuerpos que fueron
retirados del desmantelado Cementerio N° 2, siendo tapados con tierra
para su descanso que, se suponía, debía ser eterno.
Como
a la sazón ya no había lápida ni inscripciones visibles en donde asomaba el pie,
no se sabía el nombre del fallecido. Tampoco se tenía noción de si era niño o niña, aunque
muchos dan por hecho que debía ser este último el caso, quizá por la
influencia del nombre de la animita: Patita se oye como el diminutivo de Patty. De inmediato, surgieron historias señalando que era desde una niña víctima de abusos hasta una infante rebelde que pateó a su madre en un ataque de ira, haciendo que su pie quedara "maldito".
Vista del pie, "La Patita", con un hueso humano al lado (quizá de la misma extremidad).
Decoración de la animita.
Fue tal el asombro que causó ese pequeño pie seco saliendo por el costado y
mostrando sus deditos huesudos cubiertos medianamente con un calcetín,
que la leyenda y tradición de la Patita volvió a encontrar en
él un lugar de acogida y veneración, hasta nuestros días. Como en los
casos anteriores, la tradición asegura que se trató de poner el pie bajo
tierra y, en todas las ocasiones, volvió a asomarse afuera, despertando
así el interés y las creencias de sus poderes.
Con
el tiempo, desapareció la cubierta de concreto; la animita apenas se
puede distinguir entre otros restos humanos que están dispersos por ese
patio, sobre la tierra yerma y reseca, aunque manteniéndose el pie allí
casi intacto. Un grupo de piedras y flores de plástico la han señalado
por años, facilitando encontrarla. Empero, hubo un tiempo en que, como
se trata de un patio residual, apareció también una pequeña
mano a sólo unos metros más adelante de la Patita: coincidentemente,
era una mano de niño, por lo que hasta no hace mucho era también
considerada una animita, bautizada como la Manito, aunque parece que ya se ha perdido.
Algunos
devotos pintaron algunas indicaciones señalando el lugar donde está la
frágil animita, donde aún llegan colocando flores o velas, venciendo los
escrúpulos y movidos únicamente por la fe, especialmente mujeres
mayores, según se comenta entre los trabajadores del cementerio. No
tiene placas de agradecimiento como otras animitas más tradicionales,
pero sí inscripciones sobre el muro lateral en que se apoya, dando
testimonio de la atracción que aún produce esta extraña y sombría
animita, probablemente de las más tenebrosas que podemos encontrar en
todo el país.
QUE INTERESANTE. PRECISAMENTE ES LO QUE YO LLAMO A RECORDAR EN MI NUEVO LIBRO "Chile, Catastrofes y Tragedias 2012", RECORDAR A QUIENES SE FUERON Y QUEDARON EN EL OLVIDO. TENGO FOTOS DE UNAS ANIMITAS DE CARABINEROS, SI ES DE VUESTRO INTERES, LES DEJO MI CORREO foralliebsch10@hotmail.com, PARA ENVIARLAS. EXCELENTE TRABAJO. Walter Foral Liebsch
ResponderEliminarCuando niña me contaron que la patita fue una niñita que murió después de ser violada
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