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NOMBRE: Reinas de la Pampa / Niñas de Alto Hospicio.
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COORDENADAS: 20°13'3.69"S 70° 7'57.90"W
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CIUDAD/UBICACIÓN: Iquique, Región de Tarapacá - Chile.
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DIRECCIÓN: Interior del Cementerio Municipal N° 3 de Iquique, hacia el fondo (oriente) de la avenida principal, doblando por su esquina NE con la calle-galería Las Nevadas, al final de esta última.
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CATEGORÍA: Tumba Milagrosa / Altar Funerario.
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FAVORES SOLICITADOS: Cuestiones domésticas, salud, asuntos familiares, seguridad, rendimiento. Devotos representados principalmente por mujeres y niñas de edad escolar y estrato modesto, muy similares al rango de edad de las víctimas.
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RESEÑA: El mausoleo corresponde a las víctimas del atroz caso policial conocido como el Psicópata de Alto Hospicio, con una serie de violaciones y homicidios de mujeres de estrato social modesto cometida por el monstruo Julio Pérez Silva, alias el Segua, que trabajaba como taxista ilegal en la ciudad. El asesino aprovechaba esta condición para ofrecerse a llevar a sus víctimas en su vehículo, interceptándolas en el camino para violarlas y luego darles muerte a golpes, enterrándolas después en sitios oscuros o arrojándolas a los piques abandonados de antiguas faenas mineras, en algunos casos cuando la ultrajada se encontraba aún viva o agónica. Ya pasada la pesadilla y apresado el asesino en escandalosas circunstancias que llegaron a tener alcances políticos -por la ineptitud grosera de las autoridades para llevar el caso- el año 2002 el Alcalde de Iquique Jorge Soria donó a los familiares de las víctimas un mausoleo propio para las fallecidas, construyéndose el espacio al final de la línea de nichos de calle Las Nevadas. El mausoleo iba a ser llamado "Todas eran Reinas de la Pampa", aunque se acortó al nombre que ya le conocemos. Las "Reinas de la Pampa" quedaron sepultadas en este grupo del mausoleo fueron: Angélica Lay Alcayaga (22 años), Macarena Sánchez Jabre (14 años), Laura Zola Enríquez (15 años), Graciela Monserrat Sarabia Tapia (18 años) e Ivonne Carrillo (15 años). En nichos simbólicos, en cambio, se registran las víctimas: Viviana Garay Moena (16 años, sepultada en el Parque del Recuerdo), Katherine Arce Rivera (16 años) y Patricia Palma Valdivia (17 años, sepultada en el Cementerio de Pica).
Hacia
el fondo de la avenida principal del Cementerio N° 3 de Iquique, en su
esquina NE con la calle-galería Las Nevadas, se encuentra una sencilla
señal apuntando hacia la dirección del mismo pasaje con una fecha y la
leyenda: "NIÑAS DE HOSPICIO". Siguiendo la indicación, al fondo
de Las Nevadas, se encuentra una especie de habitación de columnas de
color rosa y con techo sólido, con un letrero señalando el nombre de
este altar popular iquiqueño: "Reinas de la Pampa".
Este
mausoleo representa un trauma imborrable para toda la historia policial
de la región, a la vez que un testimonio de fe y de esperanza del
pueblo... Quizás también de negación de la muerte y de confianza en una
vida que encuentren en el más allá quienes hayan perecido en la más
total y dramática condición de víctimas, como fue éste el caso.
A
su vez, el conjunto del Cementerio de Iquique se erige como un recuerdo
palpable de una de las tragedias más dolorosas y deplorables que hayan
sufrido Iquique y Alto Hospicio en su historia actual, tanto así que
llegó a tener ribetes políticos en su momento, a pesar de la tendencia
innata de los chilenos a olvidar los hechos y a perdonar a la fuerza
cuando le convenga al veneno de los odios proselitistas y a la ceguera
de los dogmas necios.
El
mausoleo corresponde a las víctimas del atroz caso policial conocido
como el del Psicópata de Alto Hospicio: la serie de violaciones y
homicidios de mujeres de estrato social modesto, cometida por el
monstruo Julio Pérez Silva, alias el Segua, personaje siniestro
llegado a Iquique en 1990 y que trabajaba como taxista ilegal. El
asesino aprovechaba esta condición para ofrecerse a llevar generosamente
a sus víctimas en el vehículo, interceptándolas en el camino para
violarlas en algún lugar apartado y luego darles muerte con golpes de
rocas en la cabeza, enterrándolas después en sitios oscuros o
arrojándolas a los piques abandonados de antiguas faenas mineras al
interior de la zona, en algunos casos cuando la ultrajada se encontraba
aún viva o agónica.
No
quisiera convertir este artículo en una narración exhaustiva de los
crímenes del Psicópata de Alto Hospicio, caso que estremeció a todo
Chile y que aún tiene ecos a pesar del interés de algunos adoradores de
vacas sagradas para que sea olvidado y superado pronto, pero de todos
modos necesito recapitular algo al respecto para recordar las razones de
la conmoción y la tragedia que explican la importancia de este mausoleo
y el por qué se convirtió en la animita colectiva que es ahora.
La
cadena oficial de asesinatos cometida por Pérez Silva comenzó el 17 de
septiembre de 1998, cuando dio muerte y abandonó en una playa a Graciela
Montserrat Saravia, jovencita que había recogido en la costanera de
Iquique. Él 24 de noviembre del año siguiente, le tocó a la adolescente
Macarena Sánchez, a quien el asesino se ofreció llevar a su colegio
cuando ella caminaba en Alto Hospicio, para luego violarla, atarla de
manos y arrojarla a un pique de más de 200 metros de profundidad en el ex mineral de Huantajaya.
Durante el mes de febrero de 2000 y ya desatados sus impulsos
criminales, Pérez Silva ataca a dos mujeres: primero a la joven Sara
Gómez y, sólo unos días después, a la vendedora de celulares Angélica
Lay. El 23 de marzo siguiente, hace lo propio con la adolescente Laura
Zola, y el 5 de abril a Katherine Arce, también joven menor de edad,
cuyo cuerpo enterró en un basural ilegal. El 22 de mayo, ataca y da
muerte a Patricia Palma, a quien interceptó cuando ésta salía de su
colegio rumbo a casa. El 1° de junio asesina a la quinceañera Macarena
Montesinos, en el sector alto de El Molle y, el 2 de julio, repite el
crimen esta vez con la muchacha Viviana Garay.
Ya
sabiéndose de las desapariciones de las muchachas en algunos medios y
con sus familias intentando poner en alerta a las pasivas autoridades
gracias a la organización que dirigió entre ellos, especialmente, don
Orlando Garay, angustiado padre de Viviana, el piscópata Pérez Silva
detuvo su seguidilla de crímenes por cerca de 9 meses.
Empero,
sin poder resistir más los dictados criminales de su psicopatía, el
sujeto volvió a la acción el 17 de abril de 2001, atacando a una
muchacha de 17 años llamada Maritza en el sector Autoconstrucción de
Alto Hospicio, la que logró salir con vida del ataque y de la que los
peritos obtuvieron muestras seminales del agresor, pruebas que serían
claves después para inculpar al asesino, además de su testimonio como
sobreviviente.
Hallándose
otra vez en un provisorio y falso retiro, el psicópata retoma sus
crímenes el 4 de octubre de 2001, atacando esta vez a una joven llamada
Bárbara, con la que -afortunadamente- cometió dos importantes errores:
en su afán de aterrarla y someterla, le confesó haber sido el asesino
serial de las muchachas desaparecidas; y, después, le golpeó la cabeza
con una piedra creyendo haberle dado muerte y abandonándola en la pampa.
Pero Bárbara sobrevivió, y su testimonio fue esencial para dar con
Pérez Silva, cuyo ADN coincidió con las muestras seminales que se habían
rescatado.
Acorralado
por la evidencia, el Psicópata de Alto Hospicio confesó durante la
detención sus crímenes y dio información sobre la ubicación precisa de
los restos de sus víctimas. El escándalo que sobrevino fue
extraordinario, pues las circunstancias que facilitaron su captura se
dio justo en momentos en que altos mandos de la Policía de
Investigaciones insistían en la infame falsedad de que las muchachas
desaparecidas sólo habían escapado voluntariamente de sus hogares para
dedicarse a trabajar en el comercio sexual internacional. Al menos dos
vidas de jóvenes víctimas podrían haberse salvado si las autoridades
hubiesen reaccionado a tiempo con las primeras denuncias de las
familias. Y si las muchachas Maritza y Bárbara no hubiesen sobrevivido,
quizás la absurda declaración policial avalada por las autoridades
políticas de entonces, se habría seguido sosteniendo indefinidamente.
Fue
tal el odio desatado contra Pérez Silva, que la sociedad chilena volvió
a poner en cuestión el continuar con la abolición de la pena de muerte
para esta clase de crímenes, decisión consumada precisamente por el
gobierno que tuvo un desastroso actuar durante este caso (de paso,
tomada en contra de lo que ha sido tradicionalmente la voluntad de las
mayorías al respecto), además de obligar a la justicia a hacer cumplir
la condena del psicópata en un penal de la Región Metropolitana, pues se
supo que los presidiarios de la región tarapaqueña estaban preparándole
una posible vendetta al monstruo de Alto Hospicio, cuyos deleznables actos ofendieron incluso los escrúpulos del mundo del hampa.
La
actuación deplorable de las autoridades y de los mandos policiales en
este escandaloso caso ya casi desdeñado por el enfermizo centralismo
nacional, dejó una serie de historias siniestras y rumores ya imposibles
de verificar en toda la zona de Alto Hospicio, especialmente con
relación al oscuro y ciego respaldo del Gobierno de esos días a las
jefaturas que condujeron las investigaciones criminales y que apoyaron
la delirante tesis de las muchachas huyendo para trabajar en el comercio
sexual extranjero. Se habla, así, de complicidades impensadas: de
sobornos, de mafias, de redes de producción, de tráfico de órganos y de
producción de películas de violaciones reales o incluso snuff,
comentándose hasta que algunas víctimas habían sido filmadas en un hotel
ya demolido y que se ubicaba frente a una comisaría de la comuna
hospiciana. También insistieron los familiares en que el asesino no
podía haber actuado solo: su vehículo no tendría la capacidad de
transitar por los difíciles caminos que era necesario tomar para ir
algunos de los fosos donde arrojó a sus víctimas, y que se necesitaba
más de un hombre para poder levantar la enorme roca que lanzó en una
ocasión dentro del socavón, donde había tirado también cuerpos de
asesinadas, con la intención de rematarlas.
Nunca
se aclararán de todo los detalles de este escabroso caso, quizás sin
comparación en toda la crónica roja de la historia chilena,
especialmente en lo relacionado al comportamiento de los círculos de
poder y de quienes tienen depositada la confianza de toda una sociedad
para garantizar su seguridad, el cumplimiento de la ley y la aplicación
de la justicia. También hubo cinco casos adicionales de desapariciones
de mujeres en la zona que figuran como "Reinas de la Pampa", cuyas
características coinciden precisamente con el modus operandi y el
período de actuación del psicópata, entre abril de 1999 y agosto de
2001, pero Pérez Silva se ha resistido a confesar o admitir cualquier
clase de vínculo con estos casos.
El
año 2002, el Alcalde de Iquique Jorge Soria donó a los familiares de
las víctimas un mausoleo propio para la sepultura de las fallecidas en
un lugar común, construyéndose el espacio al final de la línea de nichos
a cada lado de la calle Las Nevadas, hasta donde fueron trasladados los
restos de varias de ellas. Sin saberlo, nacía así la animita de las
"Reinas de la Pampa" como se las conoce y se las homenajea. En la misma
ocasión, el edil donó también una bóveda especial para los 22 reos
fallecidos en el incendio del penal de la ciudad, del 20 de mayo de
2001.
Originalmente, el mausoleo iba a ser llamado "Todas eran Reinas de la Pampa",
aunque se acortó al nombre que ya le conocemos y que le fue colocado en
la inscripción sobre el acceso. Este apodo de "Reinas de la Pampa"
había surgido casi espontáneamente para las víctimas, por cierto, y es
usado también para denominar otra animita creada hacia esos mismos días y
consagrada a las víctimas del Psicópata de Alto Hospicio en una cuadra
de la calle Alejandro Soria, inicialmente para el recuerdo de Katherine
Arce y, por extensión, para todas las otras víctimas, las "Reinas". Ésta
era una instalación hecha por familiares y vecinos de la niña, a la que
iban a dejar velas, flores, peticiones y agradecimientos incluso gente
desde regiones de mucho más al Sur, como lo reconocía al ser
entrevistado por un periódico el señor Evaristo Rivera, una de las
personas encargadas de dar mantención a la animita.
Finalmente,
las "Reinas de la Pampa" quedaron sepultadas en este grupo del mausoleo
en el cementerio iquiqueño, en los nichos al interior de esta suerte de
altar-animita, fueron las siguientes:
- Angélica Lay Alcayaga (22 años)
- Macarena Sánchez Jabre (14 años)
- Laura Zola Enríquez (15 años)
- Graciela Monserrat Sarabia Tapia (18 años)
- Ivonne Carrillo (15 años)
En nichos simbólicos, en cambio, se registran las siguientes víctimas que yacen sepultadas en otros cementerios de la zona:
- Viviana Garay Moena (16 años, sepultada en el Parque del Recuerdo)
- Katherine Arce Rivera (16 años)
- Patricia Palma Valdivia (17 años, sepultada en el Cementerio de Pica)
No
encuentro información a la vista sobre las otras víctimas, sin embargo:
Sara Gómez Cuevas (18 años), Ornella Linares (16 años), Macarena
Montesinos Iglesias (15 años), Gisela Melgarejo (36 años), Angélica
Palape (45 años) y Deysi Castro (16 años), aunque sí figuran en los dos
pósters con los rostros de las 14 "Reinas de la Pampa" reconocidas como
las infortunadas mujeres de la serie de asesinatos que se cometieron.
Su
descanso allí en el mausoleo no fue garantido, sin embargo: en otro de
los escandalosos alcances de incompetencia pública e intrigas alcanzados
por este caso, los cuerpos de tres de las víctimas debieron ser
exhumados provisoriamente al poco tiempo, ante dudas de los familiares
sobre la identificación de los mismos, correspondientes a los de Laura
Zola, Katherine Arce y Macarena Sánchez.
Siguiendo
esa connotación angelical que se suele aplicar en el culto popular de
las animitas a todas las víctimas inocentes de hechos abominables, las
muchachas asesinadas fueron elevadas a esta categoría de "Reinas" en el
cariño y la compasión popular. Así, se volvió sólo un asunto de tiempo
para que comenzaran a pedírsele favores y entregárseles ofrendas a modo
de culto, allí en el mismo mausoleo.
Además
de las decoraciones dentro de los nichos y en algunos casos tras
vitrinas de cristal, el interior del espacio de las "Reinas" está
saturado de pequeños regalos típicos de las animitas: juguetes,
estampas, velas, flores, remolinos, figuritas religiosas, banderas y
banderines, además de -en este caso- mariposas, collares y minúsculas
muñecas que refuerzan el carácter profundamente femenino que se le ha
procurado al sitio, en honor a las recordadas.
La
primera placa de agradecimiento por favores concedidos data el 23 de
junio del año 2009, y proviene de una persona que se identifica
simplemente como M. Larrocha. Sin embargo, había hasta hace poco un
numeroso grupo de cuadernos y libretas en una repisa abajo del afiche
con los rostros y nombres de las asesinadas, de los que en mi última
visita sólo vi dos. Estas hojas están saturadas de anotaciones con
peticiones de favores y agradecimientos, demostrando que el culto del
que es objeto el sitio es definitivamente similar al que involucra a las
animitas y las tumbas milagrosas. Otros mensajes por el estilo se
escriben en los pósters y papeles de los muros. Entre tanta flor y
adorno, además, se colocó un par de bancas para el descanso o la
meditación de los visitantes, aunque no diría que es un lugar
introspectivo: casi se puede sentir el peso de esas miradas inocentes
arrebatadas de este mundo lleno de culpas, reproducidas en al menos dos
impresos colocados dentro del conjunto.
Imagino
el debate y las dificultades que pudieron haber aparecido en el camino
entre los creadores del mausoleo con características de memorial, pues
varias de las familias de las muchachas pertenecen a religiones
protestantes, las que tradicionalmente han rechazado el culto mortuorio,
la necromancia en cualquier forma y toda veneración a almas de
fallecidos que la iglesia católica haya aceptado sólo parcialmente y por
efectos sincréticos a regañadientes, en muchos casos. De hecho, en el
espacio reservado a una de ellas, hace no mucho tiempo apareció una
dramática carta pegada contra la lápida y firmada por la hermana de la
víctima, donde se vierten dolorosas expresiones que ponen de manifiesto
la filiación a los Testigos de Jehová por parte de la familia. Aún así,
era algo inevitable e incontenible que el conjunto se convirtiese en un
centro de petición de favores, buenos deseos para ellas y
agradecimientos, pues este rasgo ya es propio de la cultura y la fe
popular a lo largo de todo Chile, muy visiblemente acá en Iquique.
El
altar funerario de las "Reinas de la Pampa" debe ser, así, una de las
más tristes instalaciones involucradas en el culto a las animitas de
nuestro país, tanto por la tragedia que le da origen como por las
siniestras circunstancias que rodearon este caso, lleno de nebulosas y
de la sensación de que podría haberse hecho algo a tiempo por las
fallecidas, así también de que no todo se ha dicho al respecto. Y si
bien existe otro grupo conmemorativo en la entrada de la comuna de Alto
Hospicio en la Ruta 16, con placas recordatorias de las víctimas, por no
corresponder al carácter animístico que se da en el mausoleo del
Cementerio N° 3, reservaré su historia a algún futuro artículo propio.
Afortunadamente,
las muchachas parecen haber perdonado a esta sociedad de orden inmundo,
la misma que les falló desde sus propios cimientos hasta su más alta
corona en el ejercicio de la responsabilidad y de la ética. Por eso,
ahora se las estima concediendo favores a los vivos, desde aquel
mausoleo convertido connaturalmente en animita colectiva para 14 almas
que ya no están entre nosotros, pero que sí permanecerán en el cargo de
conciencia de todo Chile y en las esperanzas de intervenciones positivas
desde el lado del mundo espiritual sobre nuestra profana realidad.
QUE INTERESANTE Y TRISTE. Les invito a ver mi ultimo libro "Chile, Catastrofes y Tragedias 2012, Vol. I, Naturales y Ambientales", en http://de.scribd.com/doc/133844758/Chile-Catastrofes-y-Tragedias-2012-Volumen-I-Naturales-y-Ambientales. Atte. WALTER FORAL LIEBSCH
ResponderEliminarHola, muy interesante el proyecto, cómo me puedo contactar con alguien que esté a cargo.
ResponderEliminarSaludos!!
Hola muy interesante el proyecto.
ResponderEliminarCómo me puedo contactar con alguien que esté a cargo?
Saludos
Paulette, escríbanos a cualqueira de los e-mails que están en los perfiles de la barra derecha, abajo al final.
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