- NOMBRE: Yimmito / El Niñito de avenida Argentina.
- COORDENADAS: 23°38'55.79"S 70°23'34.98"W
- CIUDAD/UBICACIÓN: Ciudad de Antofagasta, Región de Antofagasta - Chile.
- DIRECCIÓN: Avenida Argentina llegando a calles José Santos Ossa y Simón Bolívar, en el triángulo de la ex Mansión Camus.
- CATEGORÍA: Animita urbana.
- FAVORES SOLICITADOS: No especificados.
- RESEÑA: Niño pequeño fallecido en un trágico accidente sucedido en este sitio, hacia el año 2009 según cuentan los vecinos. La versión popular más extendida dice que el pequeño fue alcanzado por un vehículo de la muy transitada avenida Argentina. Los residentes del sector y posiblemente los familiares, son quienes mantienen la animita.
Sin embargo, debemos concentrarnos en un detalle externo a la casa, ubicado dentro del mismo
triángulo al pie de un poste de luz situado hacia la punta de Argentina
con Ossa: una pequeña animita decorada con motivos infantiles, flores y
juguetes.
Esta típica animita urbana es llamada Yimmito.
Correspondía a un niño de unos cuatro años o menos, por lo que se deduce de
las imágenes colocadas allí en el mismo lugar. El pequeño habría muerto
en un trágico accidente sucedido en este sitio, hará cerca de media
década ya. La versión popular que escuché, dice que fue un infante que
se escapó de las manos de su madre siendo alcanzado por un vehículo de
la muy transitada avenida Argentina. Muchas veces he oído la misma
historia, con el mismo detalle, en distintas animitas de niños
atropellados, sin embargo.
Los
vecinos y algunos comerciantes que consulté me sugieren también que
éste puede ser otro de los cruces peligrosos de las calles de la ciudad
de Antofagasta, con varios accidentes a su haber, aunque por fortuna
contados casos de muertes, aparentemente. Revisando algunos ejemplares
de diarios locales, verifico que esto parece ser bastante probable y no
una exageración o un engaño de la percepción.
No
es la única huella del drama sucedido en este sitio, con la muerte del
niño: cruzando la avenida, se puede ver otra suntuosa mansión con estilo
neoclásico y que ahora es sede de una escuela de conductores. Si se
camina hacia la esquina con Ossa pasando un taller electrónico vecino
que allí existe, casi justo en el vértice puede verse una placa con un
retrato del mismo niño fallecido, con el siguiente mensaje estructurado
en versos:
PARA MI YIMMYTO QUERIDO
TODA TU FAMILIA, SENTIMOS TU AUSENCIAPERO SABEMOS QUE NUESTRO SEÑOR
NECESITA TU PRESENCIA
PORQUE ERES UN ÁNGEL Y NOS DARÁS FORTALEZAMUY TEMPRANO, TE FUISTE DE ESTE MUNDO
Y CERRASTE TUS OJITOS EN UN SUEÑO PROFUNDO.
MI NIÑO DESCANSA EN PAZ,
PARA ENCONTRAR LA ETERNIDAD.DE TU FAMILIA QUE TE EXTRAÑA.ANTOFAGASTA 21 DE JULIO DE 2009.
Volviendo
a la animita, ésta es de ladrillo y concreto, con cubierta de baldosas y
pequeño techado a dos aguas con cruz al frente. Tiene retratos del niño
fallecido y al interior lo que no sé si son juguetes que realmente
pertenecieron al pequeño o bien han sido regalados como ofrendas en
tiempos posteriores al de su muerte. Algunas flores, ramilletes y velas
terminan de demostrar el carácter de definitiva animita que tiene este
altarcillo.
Según
la misma gente que consulté, la familia que vivió esta tragedia era del
sector. Sin embargo, ésta no es la animita que originalmente colocaron
ellos allí, después de la muerte de Yimmy: la primera estaba del otro
lado del poste, por su cara hacia el norte, y fue destruida
accidentalmente por un vehículo que estaba estacionando en este lugar,
hace unos años. Esta versión me es confirmada por el dueño del
mencionado servicio técnico, cuyo taller está justo casi enfrente de la
animita.
He
sido majadero en destacar siempre el cómo los finados de las animitas
van adquiriendo con el tiempo rasgos angelicales y de inocencia
martirial. En el caso de Yimmito,
sin embargo, esta comprensión y asociación es natural y desde su propio
origen, pues se trata de un niño pequeño fallecido en forma trágica, y
también en el rango de edad en que la fe popular combinada con la
creencia espiritual religiosa, asegura que los muertos se transforman
inmediatamente en ángeles al abandonar el mundo de los vivos, hasta los
siete años de existencia.
Las
tristes fotografías y los recuerdos en la animita siguen señalando la
presencia del ángel de un pequeño niño y su tragedia, cuanto menos para
recordar explícitamente a los conductores los peligros de aquella
precisa conjunción de calles.
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