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NOMBRE: Animita del "Motoquero" / de Francisco Bozzo.
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COORDENADAS: 36°41'38.35"S 72°33'6.57"W
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CIUDAD/UBICACIÓN: Ruta 152 al poniente de Chillán, Región del Biobío - Chile.
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DIRECCIÓN: Kilómetro 30,4 de la Autopista de Itata Ruta 152, sector de los pasos bajo nivel.
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CATEGORÍA: Animita de carreteras.
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FAVORES SOLICITADOS: De viajeros y aventureros de carretera, especialmente motociclistas, pidiendo protección y resguardo en sus rutas.
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RESEÑA: Francisco José Bozzo Bozzo, de Calama, viajaba en su motocicleta Harley-Davidson de vuelta desde el Hito Cero de Quellón, tras haber recorrido la mayor parte de la Ruta 5 desde su región hasta Chiloé en un grupo de cinco personas, entre ellas su propia esposa. El 1 de febrero de 2016, ya de regreso, se estrelló contra las barreras de contención de la autopista al encontrarse de imprevisto con un fierro tirado sobre la calzada, muriendo al instante. Uno de sus acompañantes del viaje instaló la animita y desde entonces esta se ha vuelto rápidamente una suerte de parada y santuario para viajeros motorizados, especialmente los de sus círculos de "motoqueros".
Francisco José Bozzo Bozzo nació el 1 de diciembre de 1972. Desde la juventud se hizo un apasionado motociclista, residiendo en ciudad de Calama. Su primera "máquina" fue una Honda Steed 400 cc., misma con la que descubrió y desarrolló su pasión motoquera a la vez que viajera. Posteriormente, adquirió una Suzuki Intruder 900, la que se volvería su tronador soporte de grandes rutas y primeras aventuras rodadas. Paralelamente, se hizo de una multipropósito Aprilia Pegaso 650.
Apodado el Hot-Dog,
Bozzo era uno hombre muy querido en sus grupos de camaradas de montura y ruedas. Se lo consideraban una persona muy especial, con alma de niño según decían. Tenía cierta inclinación natural a la libertad, al desplazamiento al aire libre... Un alma libre en todo su esplendor.
Tras un gran nuevo esfuerzo y buscando
complacer un largo sueño personal, durante el año 2014 Francisco pudo
adquirir al fin una bella motocicleta Harley-Davidson modelo Fat Bob. Había dado el gran salto de su vida dentro de estas cofradías de ciclos.
Configurado así su definitivo estilo de vida, entonces esta "máquina" sería desde
entonces su definitiva compañera de viajes... Y también la última en que sentó sus
epopeyas.
Como hacen muchos "motoqueros" de nuestro largo país-carretera, Francisco comenzó a planificar un gran viaje veraniego con su grupo de cinco amigos íntimos, hacia fines del año 2015. Era un largo, largo trayecto: desde la ciudad de Calama hacia el sur, completando la Ruta 5. Zarparon así desde la nortina ciudad el sábado 23 de enero de 2016: lo acompañaban en el viaje su esposa Mónica Bravo, los hermanos Javier y Jaime Lucas, y su gran amigo Rodolfo Morales, quien ha servido también de biógrafo para Francisco. Por supuesto, más allá de toda precaución, nadie sabía el dramático final que iba a tener esta odisea.
El grupo de viajeros había recorrido ya más de 3.300 kilómetros por el país vía Ruta 5, cuando llegaron al famoso Hito Cero de la localidad de Quellón, al sur de la Isla Grande de Chiloé, el viernes 29 de enero a las 21 horas de la noche. Era la marca del éxito de esta expedición. Cumplidos los ritos y protocolos de los círculos de aventureros que conquistan esta ruta hasta tal punto, entonces, pusieron proa de regreso hacia el norte, convencidos de haber logrado ya la parte más importante y significativa de este viaje.
El primer día de febrero, se encontraban ya en la conocida Autopista de Itata, cerca del kilómetro 30,4. Eran las 17:50 horas cuando sobrevino la tragedia: Francisco se encuentra de súbito con un trozo de fierro abandonado en la carretera, presumiblemente caído desde la carga de algún vehículo. Todo fue tan rápido como fatal: perdió el control de su amada y leal Harley-Davidson, estrellándose contra las barreras de contención en un accidente cuyas características no han sido poco frecuentes en nuestro país, infelizmente.
Francisco Bozzo falleció instantáneamente allí, ese día 1 de febrero de 2016, ante la mirada desesperada de su esposa y amigos. Su gran ruta por Chile había terminado enfrentado de improviso al viaje final de su existencia... El último, sin regreso.
Convertido en sólo una fría estadística más de las muertes de cada verano en el país, sus amigos y deudos no olvidaron, sin embargo: rápidamente, se organizaron por iniciativa de Morales y volvieron al triste escenario de su muerte para instalar una animita en el lugar preciso del accidente. Consta de una pequeña pero elevada casuchita que alberga un retrato del fallecido, regalos y, en su nivel inferior, su casco. Una placa de mármol le promete no olvidarlo jamás, recordando su hazaña de conquista del Hito Cero.
En el poco tiempo que llevaba allí, la animita del Itata se volvió un lugar de paradas y rogativas de sus camaradas motoqueros, quienes paran por ritual en la misma, al igual que algunos conductores de automóviles. Los viajeros se detienen a dejar ofrendas, especialmente aquellos motociclistas quienes han ido colocando una colección recuerdos en la misma como placas, figuritas y stickers, además de suplicarle en cada ocasión su guía, luz y protección en estas rutas.
El memorial de Francisco Bozzo es, por lo tanto, una de las animitas con más trágica historia detrás, de todas las que hay en la zona, pero también una de las más significativas y simbólicas para un círculo en particular, como son los motociclistas.
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