- NOMBRE: Animita de Humberstone.
- COORDENADAS: 20°12'33.20"S 69°47'45.13"W
- CIUDAD/UBICACIÓN: Ex Oficina Salitrera Humberstone, Región de Tarapacá - Chile.
- DIRECCIÓN: Patio de las Locomotoras, atrás del actual Museo de Marcos y Ventanas, cerca de la Plaza Central del ex poblado.
- CATEGORÍA: Animita urbana.
- FAVORES SOLICITADOS: En casi total desuso.
- RESEÑA: Los testimonios de ex residentes de la salitrera fantasma aseguran que la fallecida era una mujer joven, trabajadora y residente de la oficina salitrera, trágicamente muerta en las líneas del tren que todavía están parcialmente visibles allí. Sin embargo, la tradición oral pasea entre un accidente y un suicidio. Ciertos testimonios indican que murió arrollada intentando salvar su hijo, mientras que otros aseguran que fue un salto intencional a la vía férrea justo cuando pasaba por ella el ferrocarril, tal vez por alguna pena de amor. Como sea, frente al lugar de su terrible final, se levantó esta animita en forma de obelisco verde con una cruz, que aún se mantiene en pie.
Quienes hayan visitado la hermosa Salitrera Humberstone (ex La Palma) unos 46 kilómetros al Interior de Iquique y a unos 5 de Pozo Almonte, habrán notado que en el pueblo salitrero declarado Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Cultural de la Humanidad se encuentra una solitaria y muda animita justo frente al Patio de las Locomotoras, atrás del actual Museo de Marcos y Ventanas del complejo, muy cerca de la Plaza Central del ex poblado.
La animita perdió hace tiempo la placa que señalaba el nombre del fallecido, la que, a su vez, también había perdido su inscripción desde mucho antes de desaparecer, de modo que el homenajeado en esta antigua animita es un ente anónimo desde hace por lo menos veinte o treinta años ya. Corresponde a un pequeño obelisco o "pirámide" trunca, rematada por una cruz y rodeada de cuatro postes, en los que antaño había cadenas cerrando el perímetro cuadrangular de la misma animita. Todavía quedan flores de plástico resecadas y desteñidas por el sol de la pampa tarapaqueña, atadas a su cruz metálica, probablemente en una de las últimas ofrendas que algún fiel le hizo al recuerdo del fallecido antes de ser olvidada.
Tardé varios años en obtener referencias más o menos generales sobre la persona allí fallecida, aunque todas ellas obtenidas de la tradición oral. No cuesta mucho imaginar qué clase de accidente pudo provocar la presencia de la animita en este sitio, sin embargo: las locomotoras están ahí precisamente porque era la punta de rieles de salida de los trenes desde el poblado, y todavía se conservan los durmientes donde pudo haber tenido lugar la tragedia silenciada en esa estructura funeraria que todavía luce algo del color verdoso con que fuera pintada por última vez, hace mucho.
En la administración del Museo Humberstone tienen una historia posible:
cuentan que, hace no muchos años, llegó a visitar el lugar una persona
mayor que había sido residente, declarando que la animita del Patio de
las Locomotoras correspondía a una mujer joven del poblado y que
hallándose en la estación de los obreros, corrió a salvar a su pequeño
hijo cuando vio inesperadamente que este estaba en la línea del tren que
justo iba saliendo. En el intento, la madre sacrificó su vida por la de
su retoño y falleció allí mismo, bajo las ruedas de la mole metálica, aunque también se asegura que fue un suicidio, arrojándose con un hijo a las vías, el que salvó providencialmente de morir.
Cierta
variación de aquella historia que me llega también por informantes
tarapaqueños, supone que quien realizó la heroica acción y terminó
siendo un mártir, habría sido uno de los muchachos que estaban aquel día
en la estación de la salitrera. De hecho, algunos hablan de un joven, de sexo masculino, como el recordado en la animita, pero no me ha sido posible encontrar testimonios de ex residentes aún vivos que puedan corroborar esta versión. Sin embargo, quienes conocieron el obelisco en sus mejores tiempos aseguran que tenía un nombre de mujer.
Como sea, se supone que los lugareños conmovidos con el drama habrían levantado entonces la
animita con su nombre ya perdido, hacia mediados del siglo pasado, y
desde entonces recibía honores y ofrendas en su memoria por parte de los
demás residentes de la salitrera, hasta su cierre en 1960.
Habría dado por principal esta versión, de no ser porque en 2012 conocí el testimonio directo de doña Lina Cortés, una querida y respetada vecina octogenaria de la zona, viuda de otro gran personaje de la región llamado Jorge "Sizo" González, quien fuera un prestigioso músico de las fiestas religiosas de Tarapacá. Doña Lina y su familia eran, también, los propietarios del restaurante "Al Paso", uno de los más conocidos de La Tirana, en donde tenía su residencia.
A pesar de su avanzada edad y complicaciones de salud, doña Lina
recordaba perfectamente su vida en Humberstone, hasta donde llegó a
vivir con su madre desde Concepción siendo aún niña. Y de acuerdo a tan
confiable memoria, la persona que fue señalada en la animita era una
mujer, aunque no está segura de si falleció intentando salvar a algún
hijo ya que, con el tiempo, algunos pobladores interpretaron como un
salto intencional y suicida a la vía férrea justo cuando pasaba por ella
el ferrocarril. La simpática abuela asegura también que la fallecida
era una mujer joven, quien trabajaba para los mineros en un cargo menor
que en la jerga local era conocido como suplera. El niño fue rescatado a tiempo por unos testigos, salvando de manera que se juzgó milagrosa.
El accidente recordado por algunos viejos pampinos y que, muy probablemente,
haya ocurrido de acuerdo a la versión de la madre salvando a un hijo,
fue traumático para todos: incluso para aquellos hombres acostumbrados a
las tragedias laborales y al acoso de la muerte. Según algunos detalles,
el tren la golpeó con brutalidad o le cercenó las piernas y, a pesar de
los desesperados intentos por salvarla, se desangró velozmente hasta
fallecer, ante la angustia y dolor de todos. Así, frente al lugar de su
terrible final, se levantó la animita.
Salvo que se haya tratado de un suicidio, entonces, muy probablemente sea aquel el triste secreto de aquella animita con forma de obelisquillo verdoso y en ruinas, sobreviviendo como un retazo de lamento pasado por la vida de una mujer anónima perecida bajo las ruedas del tren minero, o acaso llorando ya la partida de Humberstone y de toda la época de la fiebre calichera del Norte de Chile.
No fue suicidio, era mi bisabuela. Mi abuelo pequeño se asustó con la bocina del tren cuando venía el tren con los trabajadores y se cruzó en la via corriendo por el susto. Ellos esperaban a mi bisabuelo... Mi bisabuela por salvar a mi tata lo empujó pero el tren lamentablemente la impactó a ella. Si quieren más detalles me escriben a mi correo vane02@gmail.com mi papá tiene la historia incluso más detallada.
ResponderEliminarNota: el investigador Paulo Lanas ha dado en tiempos recientes con otra versión muy parecida a la descrita por la tía Lina, según la cual la fallecida llamada Victoria del Carmen Henríquez saltó a las vías con su pequeño hijo, Jorge Mejías, de sólo un año. Ella murió, pero el niño fue rescatado por el palanquero Ernesto Vásquez. Versión difundida por Edwin López en su canal de TikTok.
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