- NOMBRE: Animita del sector ZOFRI (Zona Franca de Iquique) / Animita de los cuatro trabajadores muertos / Animita de la Circunvalación
- COORDENADAS: 20°12'29.8"S 70°07'46.5"W
- CIUDAD/UBICACIÓN: Iquique, Región de Tarapacá - Chile.
- DIRECCIÓN: A espaldas del sector Zona Franca de Iquique, a un lado de la Puerta 13 del complejo, en la avenida Circunvalación llegando a calle Luis Jaspard.
- CATEGORÍA: Animita urbana / Memorial funerario.
- FAVORES SOLICITADOS: Desconocidos, pero prevalece el sentido de altar conmemorativo o memorial familiar para cada fallecido. Prenden velas y realizan ofrendas trabajadores del sector ZOFRI, excolegas de los fallecidos, familiares deudos y vecinos del barrio.
- RESEÑA: El lugar señala una tragedia ocurrida en la mañana del domingo 16 de junio de 2002, cuando un grupo de trabajadores que habrían estado instalando toda la noche un cartel luminoso al interior del complejo ZOFRI, murieron cuando regresaban a causa del exceso de velocidad y la ingesta de alcohol de la persona que conducía, según lo que informó la prensa local en esos días, siendo el único sobreviviente. Los fallecidos retratados en el muro del lugar eran Branco Antonio Silva Anguita (24 años), Salim Yamil Danilla Márquez (20 años), Miguel Ángel Morales Salom (24 años) y Carlos Ángel Valenzuela Espinoza (26 años).
Hay
muchas animitas de trabajadores chilenos repartidas por el país, caídos
en circunstancias trágicas ligadas de una u otra manera a sus empleos o
actividades de sustento. Una que está a espaldas del sector Zofri (Zona
Franca) en Iquique, me llamó particularmente la atención, por
pertenecer a cuatro hombres bastante jóvenes, de entre 20 y 26 años.
La
animita está en la avenida Circunvalación de Iquique llegando a Luis
Jaspard, en el barrio industrial, a un lado de la Puerta 13 del recinto
de la Zofri y al final de una cerrada y peligrosa curva de dicha calle.
Consta, fundamentalmente, de tres elementos: un mural con los rostros de
las víctimas en la pandereta que divide la calle del sector de las
instalaciones y bodegas, una piedra conmemorativa con los nombres de los
fallecidos más una dedicatoria, y una pequeña casuchita a modo de
templete, que suele tener velas encendidas en las noches.
Aunque
es fácil adivinar que se trató de un terrible accidente
automovilístico, vecinos del sector Los Delfines y La Cantera que
consulté a la pasada, me dieron las primeras confirmaciones de que se
trataba de tal desastre, aunque juzgando inquisitivamente la
responsabilidad de los propios accidentados en los hechos. Y si bien la
historia de esta tragedia ya casi ha desaparecido de internet, tengo
nota de que, según se informó en su momento, sucedió a las 7:20 horas de
la mañana del domingo 16 de junio de 2002.
Ocurrió
que un grupo de trabajadores, aquella noche del sábado al domingo,
habría estado por largas horas instalando un cartel luminoso al interior
del complejo de la Zofri, supuestamente. De acuerdo a la información
hecha pública, en la cuadrilla estaban Branco Antonio Silva Anguita, de
24 años, Salim Yamil Danilla Márquez, de 20 años, Miguel Ángel Morales
Salom, de 24 años y Carlos Ángel Valenzuela Espinoza, de 26 años.
Terminadas las extenuantes labores, ya en horas del amanecer, habrían
sido conducidos desde allí en un vehículo familiar o una camioneta
conducida por Yamil Eduardo Castillo Danilla, al parecer pariente de
Salim, que debía ir a dejarlos en sus respectivas residencias o bien
encaminarlos. No nos ha sido posible contactar a familiares o amigos
para confirmar estos detalles, lamentablemente.


Paralelamente,
no se dieron muchos otros datos adicionales del accidente en los medios
impresos y lo poco publicado es bastante contradictorio y hasta poco
fiable, pero por lo que supe gracias a los mismos vecinos del barrio, al
parecer iban a alta velocidad por la Circunvalación cuando el chofer
perdió el control del vehículo, estrellándolo contra otro y una pared
que existía entonces en ese peligroso cruce, que ya habría sido
escenario de accidentes antes y después, según me informan. El frenazo
ruidoso e inútil seguido del estruendo del choque, entonces, fue el
despertador del vecindario, aquella mañana.
Los
residentes y trabajadores del sector que ya estaban en pie y que
llegaron atraídos por los inconfundibles sonidos de la muerte violenta
en las calles, se encontrarían con una escena dantesca... Las primeras
víctima fatales del accidente, en el amasijo que había sido antes un
vehículo, eran Branco Silva, Salim Danilla y Miguel Morales. Después,
se les sumaría Carlos Valenzuela, tras una penosa agonía en el hospital
regional y sin poder salir del TEC (traumatismo encéfalo craneano)
abierto, con fracturas de cráneo, costillas rotas y perforación del
pulmón derecho.
El
único sobreviviente fue el conductor, Castillo Danilla, que resultó con
lesiones menores. Siguiendo la información policial hecha pública, la
prensa lo señaló entonces como principal responsable, por ir manejando a
exceso de velocidad y bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, cabe
comentar que generó algunas suspicacias el que Miguel Morales fuera
miembro destacado del grupo de carreras clandestinas denominado "The
Ilegal Street Racers", que desde hacía poco competían precisamente en
los alrededores de la Zofri y después en la exbase aérea de Alto
Hospicio. También se supo que Carlos Valenzuela participaba en estas
mismas carreras de "piques" del grupo de aficionados.
Con
relación a lo anterior, sin embargo, es digno destacar que los
compañeros y camaradas de Miguel lo describían como un tipo de inmensa
solidaridad y espíritu deportivo, y que de acuerdo al propio club, los
muchachos no se encontraban compitiendo la mañana del accidente. Esto es
evidente para los medianamente entendidos en el tema de los "piques" de
velocidad, por cierto, dada la cantidad de personas que iban dentro del
vehículo, algo incompatible con la idea de una carrera clandestina.
La
muerte de los muchachos causó gran pesar en la comunidad iquiqueña. Al
mediodía del martes 19 de junio, Miguel y Salim fueron sepultados en el
Cementerio N° 1 de Iquique, ambos en el mausoleo familiar Márquez
Garrido del pasaje Salitrera Esmeralda, con una concurrida caravana.
Miguel habría sido despedido por sus cofrades del club "The Ilegal
Street Racers" con un homenaje que empezó en la madrugada, pasando sus
automóviles y tocando las bocinas en el mismo lugar de la curva del
accidente, en donde ahora está la animita. Branco, en tanto, fue
sepultado ese mismo día en el cementerio N°3. El último cortejo fúnebre
sería el de Carlos, cuando su cuerpo ya no pudo resistir más las
heridas.
Los
deudos de los fallecidos levantaron la animita de la fatal esquina que,
además, tiene una valla metálica de contención firmemente enclavada
justo allí, no sabemos si como moraleja o medida colateral de este
terrible accidente.



Es
destacable, por otro lado, que algunos familiares de los fallecidos,
como los padres de Salim Danilla, el más joven de todos, hicieron varios
llamados posteriores en su entorno y a través de la prensa ("La
Estrella de Iquique" del viernes 19 de noviembre de 2007) apelando a la
responsabilidad en la conducción de automóviles, especialmente de la
gente joven, poniendo el caso de su hijo como ejemplo.
Al
parecer, se prendían velas en el lugar de este drama desde el día mismo
del accidente. Destacan hoy allí los retratos del muro, en trazo de
alto contraste con los rostros de los fallecidos, hechos con pintura
amarilla y negra, que recibió algunos retoques alguna vez, según parece.
Les acompaña el siguiente mensaje:
Ángeles de luz en el Cielo, Branco, Carlos, Miguel y Salim, descansan en el Sagrado Reino de Dios.
Con
características de memorial, sin embargo, la primera pieza allí
dispuesta habría sido un monolito, colocado el miércoles 16 de octubre
de 2002, al cumplirse cuatro meses del accidente. En la piedra se
observa trazado un arco de medio punto, tal vez la silueta de una
lápida, con los nombres de los fallecidos y un mensaje a su memoria:
16 de junio 2002
† Salim Danilla Márquez
† Miguel Morales Salom
† Carlos Valenzuela Espinoza
† Branco Silva Anguita
† Miguel Morales Salom
† Carlos Valenzuela Espinoza
† Branco Silva Anguita
Sus recuerdos son nuestro mayor consuelo, sólo viviremos con la esperanza de abrazarlos en el cielo.
Iquique, 16 de octubre 2002.
Alguna
vez, este monolito originalmente ubicado bajo el último de los
retratados del lado derecho, fue desprendido del suelo arenoso, no sé si
por alguna renovación de la berma o bien por algún acto vandálico como
los que son frecuentes en las animitas. Y alguna vez lo acompañó una
cruz, según parece, pero hoy es sólo un poste desempotrado del sillar
que antes lo mantenía también fijo en tierra.
Dije
ya que el conjunto se completa con la casucha de latón, adosada a la
misma pandereta de los retratos. Sin embargo, este templete no
pertenecería al conjunto de los cuatro trabajadores muertos, sino que
sería registro de un accidente anterior en la misma esquina, pues tiene
en su interior un nombre distinto al de los fallecidos en 2002: Thon. Mejías D. De todos modos, ha quedado incorporada por su proximidad al mismo conjunto, para dicha o desdicha del finado original.
Hasta
donde sé, los principales devotos de esta animita conmemorativa de los
cuatro fallecidos, son trabajadores del propios sector Zofri, vecinos,
los familiares, empleados del sector y excolegas de los allí muertos,
aunque prima más el carácter memorial del lugar que el de peticiones o
agradecimientos de favores concedidos, como en el animismo más
tradicional y folclórico.
Finalmente,
cabe señalar que el club "The Ilegal Street Racers" pasó felizmente a
la formalidad de las competencias de motores en Iquique, por lo que sus
pilotos miembros decidieron homenajear a sus dos compañeros
fundacionales fallecidos, a Miguel Morales y a Carlos Valenzuela,
inscribiéndose con el nombre de "Morval", con con las primeras letras de
ambos apellidos.
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