jueves, 1 de febrero de 2018

EL SANTO NIÑO O BAMBINELLO DE ARACOELI

  • NOMBRE: Santo Niño de Aracoeli / Bambino o Bambinello de Aracoeli.

  • COORDENADAS: 41°53'38.12"N 12°28'59.63"E

  • CIUDAD/UBICACIÓN: Monte Capitolino, Roma - Italia.

  • DIRECCIÓN: Capilla del Bambino de la Basílica de Santa María de Aracoeli, ubicada en Scala dell'Arce Capitolina 12, a un costado de la Plaza del Campidoglio.

  • CATEGORÍA: Objeto de culto / Altar popular.

  • FAVORES SOLICITADOS: Generalmente relacionados con niños, con embarazadas o madres que llevan a sus hijos hasta la imagen solicitando su protección, o bien pidiendo encontrar pareja o quedar encintas. Antaño, el Santo Niño era llevado también a la cabecera de los enfermos. Se le hacen también solicitudes de fortuna, trabajo o bienestar familiar. Mucha de la fe popular en la figura se relaciona con el período de la Navidad. Se cuenta que es muy milagroso y en su capilla hay una caja en donde los devotos dejan sus peticiones o agradecimientos escritos en papeles.

  • RESEÑA: A fines del siglo XV, un franciscano talló la imagen del Niño Dios en un trozo de madera de uno olivos de Getsemaní, en Jerusalén. Dice la leyenda que no tenía suficientes tintas para completarla, pero que ésta fue terminada por intermediación de un ángel. Cuando el franciscano iba con ella de regreso a su patria, una tormenta atacó al navío y debió arrojar al mar la caja en donde venía la figura. Sin embargo, llegar al puerto la caja llegó también, flotando tras la estela de barco. La noticia provocó gran júbilo y atención de los creyentes en Roma, que comenzaron a venerarla cuando se la instaló en una capilla de la Iglesia de Santa María de Aracoeli, realizando peregrinaciones hasta este templo y cubriéndola de ofrendas de agradecimiento, muchas de oro, gemas y piedras preciosas. El Papa León XIII ordenó la coronación formal de la imagen, el 2 de mayo de 1897. En febrero de 1994, sin embargo, el Santo Niño original fue robado desde la basílica, por lo que se instaló en su reemplazo en la capilla una copia de la imagen en la Noche de Navidad del año siguiente, la que puede verse hoy allí.

Hay casos internacionales que guardan cierta semejanza con lo que acá en Chile el culto a las animitas, las reliquias y los altares populares, aunque más en lo general que en lo específico, con grandes diferencias también. Uno de ellos lo encontramos en la mismísima Roma y dentro de los parámetros formales del culto religioso: el Santo Bambino o Bambinello de Aracoeli, Italia.
No nos resulta tan ajena y distante aquella advocación de Cristo, después de todo: su imagen tuvo en Chile un altar propio y una veneración importante en la llamada Capilla de Ossa de la Iglesia de San Francisco, en Santiago. De hecho, en 1887 la Iglesia de Chile hizo publicar el libro de oraciones "Novena del milagroso Niño Dios, vulgarmente llamado Bambino, que se venera en el convento de  P.P. Franciscano de Araceli en el Capitolio", salido desde la Imprenta Católica y dirigido especialmente a los devotos de esta figura en el país.

Retrocediendo hasta lo orígenes del culto, a fines del siglo XV una atracción especial se había incorporado a la maravillosa Basílica de Santa María de Aracoeli, en el Monte Capitolino de Roma, con aquel Santo Niño de Aracoeli o Santo Bambino. Corresponde a una curiosa representación del Niño Dios tallada por un franciscano en un trozo de madera de uno de los árboles del Monte de los Olivos de Getsemaní, en Jerusalén, con rasgos muy infantiles, casi de neonato. La tradición dice que el fraile no tenía suficientes pinturas para completar la tintura de su figura, pero que esta pudo ser terminada por intermediación de un ángel, primero de varios prodigios sobrenaturales atribuidos a la misteriosa imagen.

Otro milagro relacionado con la figura está en su propia llegada Italia: cuando el franciscano venía con ella de regreso a su patria, una feroz tormenta atacó al navío en el camino, viéndose en necesidad de arrojar al mar la caja en donde venía la figura. Sin embargo, llegar al puerto de Livorno, se descubrió que la caja habría venido también con ellos, flotando tras la estela de barco. Esta noticia provocó gran júbilo y atención de los creyentes en Roma, que comenzaron a venerarla no bien llegó a Santa María de Aracoeli.

La estatuilla, hoy ubicada en una capilla, motivó peregrinaciones hasta este templo, pues se la tenía por una estatuilla altamente milagrosa y cumplidora con sus fieles. Muchas embarazadas y madres llevaban a sus niños hasta enfrente de esta figura, para consagrarlos al Santo Niño, e incluso realizaban sacrificios personales como subir las escaleras gateando para presentarse ante ella. Por la generosidad que se le atribuye en conceder favores, el Santo Niño acabó envuelto por los exvotos y las ofrendas, muchas de gran valor, que incluían oro, gemas y piedras preciosas.

Vieja postal religiosa con el Bambinello original de Aracoeli, con una plegaria para su imagen escrita al reverso. Imagen de la figura original, robada en 1994, hoy reemplazada por una réplica.

La Escalinata de Aracoeli y, atrás arriba, la basílica.

Acercamiento a la imagen del Santo Niño, copia de la original sustraída en 1994.

Pintura con escena del Pesebre de Belén, dentro de la capilla del Santo Niño.

Sin embargo, varias veces le fueron sustraídas al Niño dichas dádivas y agradecimientos. Y durante las revueltas de 1798, un romano logró sacar y esconder la imagen salvándola del saqueo y del fuego del ejército napoleónico, siendo apresado por eso; según algunas versiones, ejecutado. El rescate de la imagen también fue tomado por algo divino, y la fama de la misma llegó a ser internacional.

Filas de personas en la Colina Capitolina pedían verla, o solicitaban que le fuera llevada a la cabecera de los enfermos. Conciente de la fama del Santo Niño de Aracoeli, entonces, el Papa León XIII y el Capítulo Vaticano decretaron la coronación formal de la imagen, realizada el 2 de mayo de 1897.

La imagen permaneció largo tiempo en una nave izquierda, en la Capilla del Presepio de la que ya hablaremos más, abajo. En febrero de 1994, sin embargo, el Santo Niño original fue robado desde la basílica. Jamás pudo ser recuperada la figura auténtica, por lo que se instaló en la capilla una copia de la imagen en la Noche de Navidad del año siguiente, cubierta de joyas, en una sala octogonal con bóveda, vecina a la sacristía, al fondo a la izquierda del transepto, conocida como el Belén de Navidad.

Se accede a dicha sala por un pórtico en cuyo dintel se ve una gruta con la imagen de San Sebastián, y en su interior hay hermosas obras de arte, como un cuadro del nacimiento del Niño Dios. Existe en el lugar un gran candelero para las ofrendas de velas y una caja transparente, en la que los devotos dejan papeles con las peticiones escritas al Santo Niño, al momento de hacer sus plegarias. Este detalle semeja mucho al caso de tumbas milagrosas y animitas que aún pueden observarse en Chile, así como en ejemplos internacionales de cenotafios y petos de muertos.

El Santo Niño sigue siendo bastante popular y toma especial protagonismo en la Nochebuena de cada año, cuando es sacado de su vidriera y colocado en un trono propio del monumental pesebre, ante el altar mayor, donde se recitan himnos y sermones, con mucha participación infantil en estos eventos.  De hecho, en el pasillo de la nave principal hay un pequeño púlpito metálico, en el que es costumbre que los niños reciten poemas de Navidad antes de hacerlo en sus propias casas, como una suerte de ensayo.

La comunidad asiste masivamente al atardecer del Día de la Epifanía, cuando se da la bendición de la imagen del Santo Niño de Aracoeli, el querido Bambinello de Roma.

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