sábado, 24 de marzo de 2018

ANIMITA DE LA NIÑA HERMOSA EN LA AUTOPISTA DEL SOL

  • NOMBRE: Animita de la Niña Hermosa / Animita de los Peluches.

  • COORDENADAS: 33°33'39.2"S 70°50'06.0"W

  • CIUDAD/UBICACIÓN: Peñaflor, Región Metropolitana - Chile.

  • DIRECCIÓN: Kilómetro 22 de la Autopista del Sol (Ruta CH-78), a la altura de Padre Hurtado, sector Malloco.

  • CATEGORÍA: Animita de carreteras / Altar popular.

  • FAVORES SOLICITADOS: Amor, salud y buen viaje por la autopista. Los principales devotos son choferes de camiones y buses, viajeros, residentes de la zona y gente joven en el rango de edad de la fallecida. Los favores se agradecen dejándole ofrendas, entre ellas miles de peluches. Los viajeros motorizados suelen tocar la bocina de sus vehículos al pasar por el costado de la animita.

  • RESEÑA: Astrid Soto Chamorro tenía poco más de 18 años y era una chica colorina de gran belleza, como lo testimonian las varias fotografías de ella. En mayo de 1997, salió conduciendo una motocicleta por la autopista hacia Santiago, seguida de su padre en un automóvil a poca distancia. En un trágico error, la muchacha perdió el control y fue golpeada por el acoplado de un camión, muriendo en el accidente. Su familia hizo levantar un memorial para la muchacha, que con el tiempo se convertiría en animita muy popular y una de las más famosas del país, además de las más grandes. Sus propios deudos colocaron un cartel recordando a "Mi Niña Hermosa", y así es como se le ha conocido desde entonces.

Por mucho tiempo, fue un completo misterio y un asunto casi intrigante para muchos, la identidad de la animita para la llamada "Niña Hermosa" de la Autopista del Sol (Ruta CH-78), que une Santiago con San Antonio. Su templete popular está en el kilómetro 22 kilómetros de esta autopista, a la altura de Padre Hurtado, sector Malloco, poco antes de aproximarse a Peñaflor en la Provincia de Talagante, de la Región Metropolitana.

Durante la primera década existiendo allí, la imaginación popular fue llenando el vacío de información sobre este sitio y su secreto con diferentes historias, pero siempre involucrando a una muchacha fallecida trágicamente en el lugar. "Ángel de la Carretera", llegó a ser llamada, y no estaban tan perdidos los chismes, después de todo.

Fueron periodistas más sagaces y los propios familiares de la "Niña Hermosa" los que revelaron, finalmente, la identidad y la historia de la muchacha recordada allí, en esa auténtica animita de carreteras que  se ha convertido en una especie de altar popular, en la orilla de la misma autopista que ya se ha cobrado varias otras vidas desde su inauguración como tal, en 1994. Van dos décadas desde la partida de la bella chica aquí recordada, además.

Astrid Alicia Soto Chamorro tenía poco más de 18 años y destacaba por su carisma y enorme belleza, como lo testimonian las varias fotografías que han formado parte de su actual animita. Era una muchacha de rasgos finos, piel muy blanca y de colorina cabellera ondulada. Fue la única hija mujer del matrimonio Julio Soto y Graciela Chamorro, resultando muy popular y admirada en la Población La Bandera, en San Ramón, Comuna en la que su padre llegaría a ser Concejal unos años después de este drama.

 

La animita de Astrid hacia 2014. Fuente imagen: diario "La Cuarta".

Cerro de peluches colocados junto al galpón de la animita.

Sector en donde está el templete original que dio origen a las demás instalaciones de la animita.

Galpón de la animita, con lo que parece haber sido la segunda etapa en el crecimiento casi desbordado de la misma.

Una mañana, del 21 de octubre de 1998, Astrid conducía por la Autopista del Sol una motocicleta recientemente adquirida, mientras era acompañada muy de cerca por el padre en su propio vehículo, creyendo que así podría evitar algún peligro en la carretera. La traía desde El Monte, en donde la había ido a parar tras haberla usado amigos de la población, a los que se la había prestado para que la "probaran". En algún momento se detuvieron ambos en la vera del camino y el padre le pasó una prenda a la chica, para que se abrigara, partiendo otra vez por la vía... Eran los últimos minutos de vida de Astrid.

Todo parecía una situación segura y controlada hasta que, al tratar de volver a poner en marcha la motocicleta, ella no notó que se aproximaba un camión por la pista a la que entraba otra vez, golpeando a la muchacha con el acoplado de este último, específicamente con el bulto de la caja de herramientas. El impacto la hizo volar y cayó sobre el mismo automóvil en que estaba el padre, muriendo por el traumatismo y dejando su último aliento en los brazos del desconsolado hombre.

Todo fue brutal, traumático y horrible. El padre y el camionero lloraron a mares allí mismo, en el lugar del accidente, junto al cuerpo de la chica. Se rumoraba entre los lugareños, además, que Astrid murió en la misma motocicleta en la que poco antes había fallecido su hermano, en Isla de Maipo, pero la verdad es que su padre se la había obsequiado recientemente y con bastantes aprensiones al respecto, por petición de la propia hija. Sus dos hermanos, Ernie y John, eran menores, además. La salida de Astrid aquel fatídico día, por lo tanto, era uno de sus primeros paseos ya como conductora de la misma motocicleta, y parte de su desgracia pudo deberse a no llevar un casco realmente apropiado para un accidente de tales características.

Entrevistados por el diario "La Cuarta" 16 años después del accidente ("Conoce a la 'Niña Hermosa', la animita adornada con peluches", de Lucho Tabilo Castillo, 20 de abril de 2014), bomberos que estuvieron en el lugar de la tragedia recuerdan nítidamente algunos detalles. Fue el caso de Mauricio Núñez, de la Quinta Compañía de Bomberos Peñaflor. Otro fue su compañero de uniforme Patricio Quintana, quien recordaba claramente la belleza de la accidentada, declarando al periodista que "impactaba ver al padre recostado sobre el cuerpo de su hija mientras esperaba que la levantaran. Era una niña muy bella".

Se construyó la correspondiente animita en el lugar del accidente, primero a modo de memorial, y se colocaron imágenes de Astrid en el lugar. Sus padres instalaron un cartel con la inscripción "Mi Niña Hermosa", apodo que fue adoptado para identificar el altar, pues por varios años sólo había tibios indicios allí de que su nombre era Astrid, desconociéndose los apellidos hasta tiempo después. Algunos, hasta la llamaban Astri o Indrid, en aquellos días, mal informados sobre su identidad.

Por su parte, los amigos de la fallecida, conociendo y homenajeando su gusto por los peluches, comenzaron a dejar varios de ellos en el lugar, algo que a la larga se convertiría en la característica principal de la animita, siendo llamada alternativamente también como la Animita de los Peluches, por esta misma razón.

Así fue creciendo el memorial hasta parecer un santuario. Se construyó un pequeño galpón encima, se le adicionaron banquetas, paneles y otros elementos. Con el tiempo, tal vez como costumbre derivada del culto a la célebre Difunta Correa argentina en ciertas carreteras, también se le han ido colocando bidones y botellones con agua. Algunos motociclistas o "motoqueros" reconocen a Astrid entre sus pares y les dejan sus cascos, entre las muchas ofrendas.

En la animita aparecen también bisuterías, joyería popular y cosas propias de un tocador femenino, como cosméticos y artículos de belleza. Realzando su rasgo de inocencia y ternura, sin embargo, las ofrendas más populares siguen siendo los peluches, que han llegado a formar un cerro de muñecos asoleándose y cuidando el recuerdo de la muchacha. Adentro de esta montaña de fieltro, algodón y felpa, de hecho, están sepultadas vitrinas de cristal que tenían en su interior a los primeros muñecos que le fueron regalados a Astrid, por agradecimiento a su cumplimiento de peticiones. Algunos calculan en 4.000 a 5.000 (incluso más) los peluches allí acumulados.

Cuentan que algunos pillos han tratado de sacar algunos peluches de los lotes allí reunidos, pero si no son detenidos por los propios fieles que los sorprenden, lo serán por asuntos más bien paranormales que castigarán su sacrilegio, según se asegura. El propio padre ha encontrado algunos ladronzuelos llevándose estos muñecos y, en 2015, hubo una denuncia con fotografías y videos de un sujeto que los sacaba en un carro de supermercado.

En cuanto a los milagros atribuidos, la cantidad de ofrendas, saludos y placas de agradecimientos verifican la creencia popular de que se trata de un alma muy cumplidora en cuanto a las solicitudes de intervenciones que se le formulan, de las más variadas naturalezas. Por las características de la fallecida, sin embargo, suelen tener cierto rasgo femenino y juvenil, aunque también con solicitudes y agradecimientos de conductores, camioneros y choferes de buses por la protección en sus viajes. La visitan vecinos de este sector cada vez más acechado por la urbanización, entre los que el cumplimiento a las peticiones de salud, incluso para gente en riesgo de vida, estaría entre los favores que más le celebran a Astrid.

Varios conductores tocan sus bocinas al pasar enfrente de la animita, algo repetido en otros altares de fe popular de caminos, como la ermita de la Virgen de la Cuesta El Melón, por ejemplo. También hay devotos tan agradecidos que van periódicamente al lugar, a orar por su descanso, a limpiar las instalaciones, a regar las flores y los cactos colocados por otros o simplemente barrer y ordenar.

Aunque ha llamado la atención desde el primer día en que fuera instalada allí, parece haber iniciado su explosión de popularidad hacia un período de años entre 2013 y 2015, cuando comenzaron a conocerse mayores antecedentes sobre la identidad de Astrid y los medios de comunicación pusieron atención en la animita. Por esta razón, un libro de visitantes le había sido incorporado, demostrando lo venerada que es y los muchos favores que se le solicitaban ya entonces.

Lo curioso más curioso de toda esta historia es, quizás,  el que sus padres nunca esperaron que el lugar se convirtiera en un centro de devoción como el que es ahora, sino que lo concibieron como un modesto sitio de recuerdo dedicado a su amada hija, no exactamente como animita de fe popular. Hasta les pareció extraña la paulatina aparición de placas de agradecimientos y ofrendas por favores concedidos, pero este fenómeno espontáneo ya ha sucedido en los orígenes de varias otras animitas famosas en la geografía funeraria de Chile.

En los fines de semana largos, esos que son favoritos de los santiaguinos para escapar del estrés hacia la costa, la animita de Astrid se llena de visitantes que van de viaje, dejándole ofrendas de flores, velas encendidas y los infaltables peluches o muñecos. También sucede en los períodos de fiestas, como Navidad y San Valentín. Son tantas las velas que están encendidas en las noches, por cierto, que hubo que separar los candeleros del resto de la estructura y el toldo, por los peligros de incendio, mismos que han hecho pasar alguna vez un susto a los lugareños.

Comprendiendo la importancia de la "Niña Hermosa" entre el pueblo chileno y los usuarios de la vía, la administración de Autopista del Sol considera mantener la animita pese a un anunciado plan de ampliación y ensanche de la carretera que comprometerá el lugar en donde se encuentra. Probablemente, resolverán este problema trasladándola a la vera de enfrente, en el otro lado de la calzada, con todos sus muebles, plantas y múltiples ofrendas.

Su presencia allí parece inseparable para los viajeros que usan la autopista saliendo de Santiago o regresando a la capital chilena, por lo que no extrañaría que, con el tiempo, la animita de Astrid continuara creciendo hasta competir en tamaño con otras individuales como la de Hermógenes San Martín en Iquique, Evaristo Montt en Antofagasta o Romualdito en Estación Central de Santiago.

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