- NOMBRE: Paseo de los Fallecidos de San Antonio.
- COORDENADAS: 33°34'56.0"S 71°36'51.3"W
- CIUDAD/UBICACIÓN: San Antonio, Región de Valparaíso - Chile.
- DIRECCIÓN: Roqueras del costado del Paseo Bellamar, en el sector puerto de la Ciudad de San Antonio.
- CATEGORÍA: Altar funerario / Altar popular.
- FAVORES SOLICITADOS: Ninguno conocido. El grupo de "descansos" mantiene más características de memorial en homenaje a los fallecidos, en donde se ruega por sus almas y su descanso eterno.
- RESEÑA: Tras la construcción del Paseo Bellamar, hacia 2002, comenzaron a instalarse en los roqueríos al costado del mismo paseo del puerto algunas placas en homenaje a residentes antiguos fallecidos de San Antonio y a algunos pescadores de la cercana caleta, desaparecidos en faenas de altamar. Así comenzó la tradición que aún se mantiene. Es un largo tramo con estas placas de mármol, convirtiéndolo en un memorial funerario del propio paseo.
Pocas
cosas son tan dramáticas y misteriosas como las desapariciones de los
hombres de mar, de los pecadores en plenas faenas. Un país marítimo como
Chile tiene todo un folclore popular al respecto, manifiesto en algunas
tradiciones como las ofrendas que se hacían en Chiloé a los perdidos en
el océano, sepulturas de pequeños ataúdes con pertenencias del
desaparecido a falta de un cuerpo, o los cementerios de tumbas
simbólicas vacías del Biobío.
Incorporado
desde no hace mucho a estas mismas tradiciones funerarias para los
pescadores tragados por el mar, está un sector entre los pequeños
memoriales dispuestos en toda la peatonal junto a las aguas del Puerto
de San Antonio, en el Paseo Bellamar. Este sitio se ha vuelto una
curiosidad que guarda cierta semejanza con el culto nacional de las animitas
y con la forma sobria pero profunda en que se hace acá en Chile la
devoción por los fallecidos, sin estridencias carnavalescas ni
pachangas.
Para
remontar, las dos primeras etapas del Paseo Bellamar, que recorre el
borde de mar entre la recientemente destruida Estación del Ferrocarril
de San Antonio, sector del casino y el centro comercial, y las
instalaciones portuarias cerca de la histórica Grúa 82,
fueron entregadas durante el período estival de 2002 a 2003. El paseo
se recorre a pie sobre un sector de roqueras en donde se disponen los
pesados fragmentos como rompientes, precisamente en donde están los
homenajes para los desaparecidos, muy cerca del muelle de los pescadores
artesanales.
Si
bien los pequeños memoriales de los pescadores artesanales ya eran una
tradición realizada allí por los mismos colegas de mar de la cercana
caleta pesquera y otras cuatro de la misma provincia, fue desde
inauguradas las obras que comenzaron a aparecer en abundancia varias de
estas placas de mármol y algunos retratos recordando a las almas de
personajes queridos del puerto y ya extintos, en diferentes
circunstancias, naturales o no.
Frecuentemente,
se pueden encontrar entre los mismos roquedales de la orilla y sus
placas de duelo, y hasta entre matorrales de docas en algunos casos, las
respectivas ofrendas, flores y restos de velas que dejan sus familiares
y deudos, los mismos que convirtieron en costumbre recordar a su gente
perdida en este sitio o del ambiente de los pescadores. Varios botes de
pesca artesanal están amarrados a este borde del puerto, además,
enfrente de la línea de placas.
Por
otro lado, me han dicho acá que cuando se inaugura cada placa o
medallón recordando al desaparecido, se organiza una pequeña ceremonia a
modo de funeral alternativo, en especial si tan humilde y sencillo
memorial será el sustituto de la cripta para el fallecido, como es el
caso de los desaparecidos en el mar y aquellos cuyas cenizas fueron
arrojadas al mar en este paseo.
Son
conmovedores los mensajes que quedan grabados en el mármol de las
placas, en algunos casos, reflejando el trágico sentir especialmente en
el caso de las desapariciones que ya parecen ser parte de la identidad
del oficio: hombres jóvenes, hombres viejos, incluso expertos con años
de conocimiento en el rubro... El mar no perdona. De entre las placas
más antiguas que quedan visibles, sin embargo, se encuentra la de Hugo
Hernán Ramírez Placencia, nacido en 1928 y fallecido en 1990, año al que
parece remontarse la pieza allí empotrada. Otras que pudieron ser
anteriores se han despegado o han sido destruidas, quedando sólo sus
marcas en la roca.
Los
desaparecidos más recientemente incorporados al paseo, fueron Nelson
Manuel Romero Guzmán, joven pescador nacido el 12 de mayo de 1995; Juan
M. Ambrosetti Adasme, nacido el 12 de mayo de 1953; su joven hijo Juan
M. Ambrosetti Santander, nacido el 27 de octubre de 1997; y Carlos
Ibarra Berríos, nacido el 22 de junio de 1955. Sus nombres están en una
placa, acompañados por un bote con el nombre "Don Juan II", mismo en que
se perdieron.
Precisando,
todos ellos acabaron perdidos en el océano el 2 de junio de 2016. Su
caso desplegó un gran operativo de búsqueda de la Armada de Chile en
medio del mal tiempo reinante, esfuerzo que resultó infructuoso a pesar
de la esperanza que pusieron en la prensa de entonces doña Juana Guzmán,
madre de Nelson, y doña Marta Santander, madre y esposa de los
Abrossetti, ya que su esposo y otros dos hijos habían naufragado antes
ya, en 1999, resultando vivos... Pero el milagro no se repetiría esta
vez. Un panel pequeño junto a la placa de mármol, con el retrato de
Nelson en las rocas, dice recordándolo:
Dejaste
tus huellas en nuestras vidas, un vacío enorme con tu partida. Más ni
la muerte, ni el tiempo te borrará de nuestros corazones... Dejaste lo
más bello: tu hija... Recuerdo de tu abuelita, tías, primos y hermanos.
Otros
despedidos, sin embargo, serían pescadores célebres en el ambiente de
la caleta de San Antonio o residentes de la ciudad pero de una u otra
forma relacionados con el puerto y su actividad. Muchos de ellos
abandonaron este mundo después de una vida consagrada al oficio, además.
Por esta razón, encontramos casos como un corazón de mármol recordando
que en este sitio se esparcieron las cenizas de Luis Ernesto Leiva
Morales (1927-2012), rubricada por "su esposa, hijos, yernos y nietos"; y las de un personaje llamado Marcel Cabrolier Sanhueza (fallecido en 2016).
Algunas
placas ya están ilegibles, y cuesta adivinar cuál homenajeado es un
desaparecido, un hombre de mar o simplemente un sanantonino ligado al
puerto, pero todos están allí porque, de alguna forma, se perpetúan
junto a la marejada y al graznido de las gaviotas. Por eso figuran
también algunos nombres de mujeres allí en el paseo, como Susana Paredes
Hernández (1933-2015), Francisca Elvira Urrutia Robledo (1936-2015),
Rosa González G. (1929-2013), Bernardita Linares Sandoval (1958-2013) y
Nélida Amigo Molina (1963-2006).
Entre
las demás placas, se encuentran algunas con los siguientes nombres,
acompañados por flores o velas: Manuel Jiménez Pardo, fallecido sólo
cuatro días después de su último cumpleaños (1947-2014), José González
Peña (1956-2012), José Rolando Martilano Hans (1951-2015), Juan Miranda
Brizuela (1928-2015), Carlos Fernando Molina Reyes (1950-2013), "El Rucio" Pedro Juan Vera Landaeta (1954-2016) y el prematuramente partido Víctor Daniel Peña Jiménez (1986-2015).
Una
etiqueta que intriga, sin embargo, es la que reproduce unas letras del
tema "No es la forma" con los nombres de sus autores, dos hermanos que,
según entendemos, son músicos y lutieres españoles, no sabemos por qué razón instalada acá:
Para usar la libertad hace falta un coraje y valentía,
que sólo tiene aquel que no pelearía
y para cambiar al mundo se cambió a él.
Si el destino existe no soy dueño de lo que hago en cierta medida
Pero sí acarreo las consecuencias de los actos de este cuerpo
que en esencia va a ser lo que fue.
Me gustó al leer,
caminar del brazo del bien,
sin importar el devenir,
conformado con lo que hay,
libre por sólo amar.Dayen García Barrot
Claudio García BarrotSevilla, febrero 2016.
Es
seguro que el número de piezas funerarias crecerá en el borde de rocas
del Paseo Bellamar, con el correr de los años, pues las tradiciones
prevalecen. Además, la inmensidad del mar fundido con la del cielo, son
lo más parecido en el mundo de los vivos, a esa perpetuidad celeste y
edénica que queremos desearle ilusionadamente a nuestros fallecido.
Jamás Dios, ha delegado el escoger a los humanos para que sean santos. La Biblia muestra que es Él quién los escoge y por dos motivos:
ResponderEliminarUno: Sólo Dios puede conocer el "corazón "del hombre. Y dos: ¿Cree alguien con dos dedos de frente, que El mismísimo Soberano universal, va a estar, a las órdenes de un Papa, o quién sea?Las religiones falsas, hacen y dicen falsedades, porque las dirige Satanás El Diablo, quien fue calificado por el apóstol Juan como, "el padre de la mentira" (Juan 8:44)