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NOMBRE: La Chabela (+ Rosita y Vicky).
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COORDENADAS: 18°26'24.95"S 70°17'43.05"W
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CIUDAD/UBICACIÓN: Ciudad de Arica, Región de Arica y Parinacota - Chile.
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DIRECCIÓN: Avenida Santiago Arata poco antes de conectar con la Carretera Panamericana rumbo al Paso Chacalluta, entre las calles Doctor Amador Neghme y Pacífico Norte (a escasa distancia de la línea del ferrocarril Arica-Tacna).
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CATEGORÍA: Animita urbana / Animita de carretera.
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FAVORES SOLICITADOS: Peticiones generales, aunque de énfasis familiar.
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RESEÑA: El viernes 3 de febrero de 1979, María Isabel Araya Acuña, de 41 años y apodada Chabela, iba por este sector con su hijo Cristián Rodríguez Araya de 5 años y su sobrina Rita Araya Figueroa de 7 años. Todos eran de la Cuarta Región, pero se hallaban de vacaciones en Arica. Paseaban a pie llegando a la avenida tras bajar por La Concepción cuando, inesperadamente, una camioneta de color rojo y que venía a exceso velocidad desde el Norte, perdió el control y acabó atropellándolos. Murieron de manera instantánea y la ciudadanía ariqueña, consternada, levantó tres animitas en su recuerdo, a las que después se agregó un muro con techado cerrándolas. Por corrupción de información, con el tiempo se asoció a las tres animitas con mujeres.
Para
el caso del extremo norte de Chile, las animitas se han extendido más
allá de la orilla misma de la Línea de la Concordia, siendo abundantes
en el Sur de Perú, donde se las llama nichos.
Sin embargo, una de las últimas grandes animitas que pueden encontrarse
en las carreteras de la Región de Arica y Parinacota, de esas que
parecen verdaderos mausoleos populares, es aquella llamada La Chabela,
que alguna vez fue más bien una animita de carretera en los deslindes
urbanos, pero ahora se la halla convertida en animita de ciudad dado el
crecimiento de Arica hacia el lado que lleva a Lluta.
La
animita está al norte de Arica, en la avenida Santiago Arata poco antes
de conectar con la Carretera Panamericana rumbo al Paso Chacalluta,
entre las calles Doctor Amador Neghme y Pacífico Norte, y su aspecto ha
ido cambiando con el tiempo tal como el del paisaje urbano en su
entorno, que quizás pueda llegar a amenazar su existencia como ha
sucedido en tantos otros casos de animitas urbanas.
Cuando
sucedió la tragedia que dio origen a la animita, este sector se
encontraba con claridad cerca de lo que identificaríamos como las
afueras de la ciudad, corriendo la Panamericana (antes de ser llamada
Santiago Arata) a poca distancia de la línea del Ferrocarril Tacna-Arica
y sin los muros de terrenos y menos los departamentos que han ido
separando la vista de ambos trazados sobre el desierto. Y aunque sea
llamada como "La Chabela", esta instalación señala el lugar de una traumática triple muerte: una mujer adulta y dos niños.
Fue el cálido viernes 3 de febrero de 1979 cuando María Isabel Araya Acuña, de 41 años y apodada Chabela
por sus amigos, con su hijo Cristián Rodríguez Araya de 5 años y su
sobrina Rita Araya Figueroa de 7 años, todos oriundos de la Cuarta
Región, se hallaban de vacaciones en la ciudad, según se cuenta.
Paseaban a pie llegando a esta avenida tras bajar por la calle La
Concepción, situada casi al frente de la actual animita.
Inesperadamente, una camioneta que se recuerda como de color rojo y que
venía a alta velocidad desde el norte hacia la ciudad, perdió el control
justo donde se encontraban estos peatones y acabó atropellándolos
violentamente, dándoles muerte de manera instantánea.
La
comunidad ariqueña quedó consternada con el trágico accidente, y
comenzaron a colocarse velas en el lugar. Alguien llevó una casuchita
para cada una de las víctimas y así fue naciendo el santuario popular,
con filas de personas pidiendo favores y luego agradeciéndolos. Nacía
así la animita, que por curiosidad ha sido llamada con el apodo de sólo
una de sus víctimas y siendo la mayor de todas: "La Chabela".
La
ciudad siguió creciendo en todos estos años, alrededor de la animita.
Aparecieron complejos residenciales y nuevas calles laterales. La propia
animita ha ido cambiando en este devenir imparable: se la rodeó con un
muro de bloquetas, mismos que sostienen las innumerables placas de
agradecimiento, y algunos expresaron su gratitud colocando cruces muy
vistosas: una grande y dos pequeñas, en representación de cada víctima.
Un toldo da sombra y protección al interior de este sitio, donde aún hay
tres casuchas metálicas antiguas, de estados anteriores en la
existencia de la animita.
Como
la memoria es frágil y también suele transformarse con el tiempo, sin
embargo, la historia de la animita fue cambiando y tergiversándose. Se
comenzó a hablar de tres mujeres como víctimas del accidente: doña María
Isabel o la Chabelita, una hija suya llamada Victoria o Vicky y una sobrina de nombre Rosa o Rosita,
añadiéndose que el atropello sucedió en 1978 o mezclándolo con
historias de otros accidentes vehiculares sucedidas en el sector.
Algunas placas y cruces declaran, de hecho, que agradecen a estos
nombres por los favores concedidos; incluso hay algunas llamando Chelita a Chabela.
Quizá para rectificar los mencionados errores, miembros de la propia familia
de la fallecida hicieron colocar placas de mármol similares a una
lápida, con mensajes que aclaran bastante la información sobre las
personas fallecidas y recordadas por la animita. Ambas placas
identifican a los fallecidos así:
MARÍA ISABEL ARAYA ACUÑA
☆ 9.XI.1937 - † 3.II.1979
☆ 9.XI.1937 - † 3.II.1979
CRISTIÁN GILBERTO RODRÍGUEZ ARAYA
☆ 5.IX.1973 - † 3.II.1979
☆ 5.IX.1973 - † 3.II.1979
RITA DEL CARMEN ARAYA FIGUEROA
☆ 23.VI.1971 - † 3.II.1979
☆ 23.VI.1971 - † 3.II.1979
Una
de las placas de mármol, con una imagen mariana tallada y pintada en la
misma, tiene las siguientes inscripciones además de los nombres y otros
mensajes, justo sobre las casuchas:
A TI, MADRE AÑORADA... MARÍA ISABEL. DE TU ESPOSO, HIJOS, NIETOS Y FAMILIA... QUE TU LUZ NOS BENDIGA POR SIEMPRE.
HOY TE HEMOS VISTO JESÚS, HOY TE PALPAMOS, NOS VISTE TÚ TAMBIÉN Y NOS TOCASTE, NOS MIRASTE SEÑOR, Y NOS AMAMOS.
TE LLAMABAS CRISTIÁN, RITA E ISABEL.
La
otra, firmada por la familia Araya Rodríguez con fecha del 8 de abril
de 2008, lleva la siguiente inscripción junto a un rostro de Cristo
sufriente, a un costado en el muro de fondo:
SI LA MUERTE, ES LA MUERTE, QUÉ SERÁ DE LOS POETAS, Y DE LAS COSAS DORMIDAS QUE NADIE LAS RECUERDA.
Muchos
agradecimientos parecen corresponder a asuntos de salud, según me
cuentan, aunque no aparecen explicitados en las varias placas colocadas
al interior de la animita, especialmente al costado derecho.
Desde
el trágico accidente de 1979, han aparecido alrededor nuevos conjuntos
habitacionales y ahora mismo se sigue construyendo allí, peligrosamente
cerca de la animita y con un proyecto ya trazado en su lugar.
Aunque es
posible que sólo la desplacen a otro punto cercano, asusta a sus fieles
la idea de que algún día
termine siendo retirada en favor del progreso y se olvide así lo allí
ocurrido ese verano, cuando tres inocentes perdieron la vida pero
saltaron a la fe popular como "santitos" para la comunidad ariqueña.
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