sábado, 21 de septiembre de 2013

LAS MANOS DE FELIPE CAMIROAGA

  • NOMBRE: Las Manos de Felipito.
  • COORDENADAS: 33°27'4.43"S 70°40'44.92"W
  • CIUDAD/UBICACIÓN: Santiago, Región Metropolitana - Chile.
  • DIRECCIÓN: Fuente de aguas poniente del "Paseo de los Sueños", frente a la Estación Central y al Mall Paseo Estación (en la explanada de la Alameda y cerca de la salida del Metro).
  • CATEGORÍA: Altar popular / Objeto de culto.
  • FAVORES SOLICITADOS: Amor, bienestar familiar, favores sentimentales, situaciones domésticas principalmente de mujeres adultas y dueñas de casa de clase media y baja en apariencias, todas admiradoras de Felipito.
  • RESEÑA: En 2001, la fundación benefactora Make-A-Wish International convocó a estrellas televisivas como Antonio Vodanovic, Luis Jara, Karen Doggenweiler y al conductor Felipe Camiroaga, entre otros, para que plasmaran sus manos en moldes, de los que hicieron placas metálicas para decorar las fuentes de aguas llamadas "Tus manos por una sonrisa", junto a otras manos famosas como las de Chayanne, Pedro Fernández y David Hasselhoff, que fueron colocadas frente a la Estación Central. Diez años después, en septiembre de 2011, Camiroaga era una de las 21 víctimas del infausto accidente de aviación del Archipiélago de Juan Fernández, y los altares improvisados comenzaron a cundir espontáneamente por todos los sitios relacionados con el animador y figura televisiva: la estación de su canal, alrededores de su casa en Chicureo y la cripta con sus pocos restos recuperados. Hasta hoy, sus manos estampadas en la fuente poniente del "Paseo de los Sueños" se mantienen convertidas en lugar de culto, de petición de favores y de entrega de flores y ofrendas. Muchos ponen sus propias manos encima de las huellas como forma de homenaje. Banderas chilenas, ramilletes y cartas escritas a mano completan el innegable carácter símil al de animita que ha asumido el sitio.
El año 2001, la fundación benefactora Make-A-Wish International, conjuntamente con el Mall Paseo Estación y la Municipalidad de Estación Central, solicitaron a un grupo de figuras de los medios de comunicación chilenos su colaboración especial para la creación de un "Paseo de los Sueños" con dos fuentes que iban a ser instaladas frente a la Estación Central, en la explanada de la Alameda y donde está la salida del Metro.
Entre los convocados estaban Antonio Vodanovic, Luis Jara, Karen Doggenweiler y el conductor de televisión Felipe Camiroaga. Lo solicitado era que plasmaran sus manos en un molde de arcilla, desde el cual se harían copias para ponerlas como placas metálicas en las fuentes de aguas llamadas "Tus manos por una sonrisa", junto a otras manos famosas como las de Chayanne, Pedro Fernández y David Hasselhoff.
El paseo fue inaugurado con estas características en mayo de 2001. Chilectra colaboró colocando la iluminación que llena de fulgores este sitio en las noches y el público hace lo propio arrojando a las fuentes algunas monedas que, se entiende, van en ayuda de la Fundación Make-A-Wish y su labor social en favor de niños enfermos con su vida en riesgo. Sin embargo, Felipe Camiroaga, apodado con el cliché de El Halcón de Chicureo, no sabía por entonces que estaba dejando en la ciudad una huella para conmemoración y hasta devoción hacia su propia persona, más allá de la muerte.
Diez años después, cuando se conoció la noticia del infausto accidente del avión CASA 212 del Archipiélago de Juan Fernández y antes aún de confirmarse técnicamente que Camiroaga, con sus 44 años, estaba entre las 21 víctimas aquel fatídico 2 de septiembre de 2011, los altares con características de animita provisoria (cuya existencia y características he comentado en otra entrada de mi blog sobre animitas chilenas), comenzaron a cundir espontáneamente por todos los sitios relacionados con el animador y figura televisiva: la estación de su canal, alrededores de su casa en Chicureo y el sector donde se congregaba a diario la multitud esperanzada en noticias positivas que nunca llegaron.
Sin embargo, uno de estos altares ha permanecido perfectamente decorado y atrayendo fieles hasta ahora: esas mismas manos estampadas en la fuente poniente del "Paseo de los Sueños", llegando masivamente personas a diario, especialmente mujeres, para dejarle flores y ofrendas. Muchos ponen sus propias manos encima de las huellas, como señal de respeto, o siguen con el dedo el mismo trazado que hizo el finado sobre el molde para escribir su nombre, al más puro estilo del Teatro Chino en Hollywood en versión más criolla y modesta.
La razón de que la devoción popular se volcara a esta pieza es bastante comprensible: la virtual desaparición de su cadáver en el accidente y la cremación de lo poco que pudo rescatarse de sus restos durante las operaciones posteriores en el lugar donde se estrellara el avión sobre el mar de la Isla Robinson Crusoe, dejaron a la memoria de Camiroaga sin un buen lugar físico como una cripta con sus restos completos para la veneración póstuma de parte de los admiradores. Empero, es notable que el lugar de reposo de los pocos restos recuperados se convirtió también en sitio de veneración al estilo de tumba milagrosa, con peticiones de favores y placas de agradecimientos. Condiciones geográficas, además, alejan la posibilidad de establecer algún culto animístico en el lugar de su tragedia, mientras que sus cenizas están en un sitio retirado respecto de la concetración urbana en la capital chilena: el Salón de Los Hombres Ilustres del Cementerio Parroquial de Villa Alegre, donde hay hasta una especie de sección dedicada enteramente a él con las características de culto animístico descritas.
La conmemoración y el homenaje, entonces, encontraron un sitio más próximo, cómodo y directamente conectado con el fallecido allí en sus impresiones de palmas frente a la Estación Central, primero para los actos populares de expresión de luto, y luego -como era inevitable- para el inicio de una devoción de fe por el "santito" que ha ido creciendo en estos años. Y es que sus manos están perfectamente plasmadas allí, casi como un símbolo de perpetuidad: con esas bases redondas, sus dedos largos, y hasta ese pulgar más corto que solía esconder de las miradas curiosas, según dicen. De alguna manera, parte de él quedó allí mismo, inmortalizada más profunda y sinceramente que la mejor de las fotografías que estén rondando de la celebridad.
La situación de la proto-animita de Felipe Camiroaga en la fuente, es algo que me pone en conflicto con la aseveración que se hace en la mayoría de los estudios sobre las animitas chilenas: que la condición para ser tal es que esté asociada al lugar de la muerte del personaje, obviando que muchas de ellas señalan el lugar del accidente o crimen de algunos "santitos", pero no precisamente el de su fallecimiento. Algunos estudiosos ni siquiera aceptan las tumbas milagrosas (casos del Mausoleo Balmaceda o La Novia en Santiago) en la categoría de animitas.
Mi modesta pero convencida opinión, sin embargo, es que una animita no está dada por el objeto mismo que sostenga su existencia ("soporte"), sino por la forma en que se manifiesta el culto popular que se da alrededor del mismo y que permite precisar si algo es o no es asumido en el imaginario colectivo y popular como una animita. El caso de las manos estampadas de Camiroaga me confirman esta teoría, por supuesto.
Claramente, el altar devocional de Camiroaga en Estación Central ha pasado ya de todo rasgo meramente conmemorativo u homenaje, tocando ya aspectos de fe popular: se le entregan mensajes con peticiones, se adjuntan fotografías suyas con pedidos de favores al reverso, y ya se agradecen algunas intervenciones generosas. Hay hasta milagros que ya han comenzado a adjudicársele. Las velas arden en las noches en el suelo, bajo la placa, y diariamente los aseadores deben retirarlas con las grandes cantidades de flores, ramilletes y hasta floreros o ángeles de yeso, que se colocan en tan reducido espacio.
Banderas chilenas y cartas escritas a mano completan el innegable carácter de animita que ha asumido el sitio. En el aniversario del nacimiento o la muerte de Felipe, además, se hacen también verdaderas peregrinaciones. Algunas devotas de más edad declaran ir a "conversar" con Camiroaga, frente al estampado de sus manos, recordando los aspectos más bondadosos y positivos de su vida como suele suceder en estos casos. Algunas personas hasta llegan desde regiones lejanas a Santiago, sólo para hacer sus rogativas en el lugar.
Definitivamente, no todas las animitas necesitan casuchitas o altares estilo monolito para ser tales; al menos no en esta etapa de crecimiento. Por esta razón, las manos de Camiroaga son, sin duda, un objeto que se va perfilando para culto animístico, más allá de que para muchos admiradores del hombre de televisión esto sea lo único material que ha quedado de él a su alcance.

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